domingo, 28 de marzo de 2010

Ruth Matilda Anderson. Unha mirada de antano

Hoy mis suegros, Yova  y yo hemos ido a ver la exposición que hay en la Fundación Caixa Galicia: "Ruth Matilda Anderson. Unha mirada de antano". Esta mujer norteamericana realizó un viaje entre 1924 y 1926 por Galicia. Era fotógrafa y etnógrafa así que documentó extensamente el viaje con un montón de fotografías y textos que acabaron en la Hispanic Society of America. Se empapó de la cultura gallega como muestra su detallado trabajo, incluso llegó a traducir a Rosalía.

La exposición permite ver cientos de fotos de esa época de diferentes localizaciones gallegas, como catedrales, puertos y paisajes que demuestran la riqueza de este pais. Por otro lado, documenta como era la vida de los gallegos de hace 90-100 años. Sus herramientas, sus ropas, sus casas y sus trabajos. Al verlo, te das cuenta de como ha evolucionado Galicia en un intervalo de tiempo tan corto. Las fotos de nuestros abuelos y bisabuelos que allí se ven nos llevan a una Galicia rural y pobre. Simplemente os diré que el porcentaje de gente que camina descalzo no es corto y repito es Galicia y no hace 100 años de ello.

Para estos tiempos de pensamientos pesimistas con tanto paro y crisis recordar de dónde venimos es un sano ejercicio pero siempre desde la modestia y del optimismo por querer mejorar. Os diré que la foto que más me impactó es la de un orgulloso vendedor de agua. Aparentaba el hombre cincuenta años, talla menuda y un personal bigote. Creo que ver una cara tan serena y confiada en si misma es muy difícil y sobre todo teniendo en cuenta el bidón de muchos litros de agua que llevaba a la espalda y una bandeja con una jarra para medir en un brazo que sin duda le dificultarían el mantenimiento del equilibrio. Eso sí, ese hombre miró a la cámara con gran rigor y porte, sacando pecho y marcando la cintura para que se notara la cadena del reloj de bolsillo que portaba. Por la deteriorada ropa que usaba no creo que aquel hombre tuviera muchos más lujos que el reloj pero estoy seguro que creía que era dueño de una singular riqueza que cualquier otra persona envidiaría.

La riqueza es la que uno quiere, no la que nos venden en la televisión. Esa sólo vale para vivir preocupados de la siguiente compra no para disfrutar la vida que sin duda es lo que nos debería preocupar.

Poca cosa se puede ver por Internet de la exposición, estas minifotos y si no llegáis a tiempo (acaba la semana que viene) podéis comprar el libro. Por cierto que gran regalo sería que alguien tuviera ese detalle conmigo.

1 comentario:

Juan Carlos dijo...

Esta tengo pensado ir a verla, me ha dicho mi padre que merece bastante la pena.

Un saludo, meu.