"Puesto que la desesperación era un exceso que no le pertenecía, se volvió hacia lo que había quedado de su vida y empezo de nuevo a ocuparse de ello, con la inquebrantable tenacidad de un jardinero en su trabajo la mañana siguiente a una tempestad" (A. Barico, Seda)
Gracias, María, va siendo hora de que me vuelva a preocupar de mi jardín y de paso también de mi vida.
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